Ansiedad

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Los trastornos por ansiedad son, en conjunto, la enfermedad psiquiátrica más frecuente. Entre ellos destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7% de mujeres y un 4,3% de hombres padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable con los demás) se hallan en un 13% de la población.

La ansiedad generalizada se da en un porcentaje del 3 al 5% de los adultos (en algún momento durante el año). Las mujeres tienen el doble de probabilidades de presentarla.

El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1% de la población. Las mujeres son de dos a tres veces más propensas.

El trastorno obsesivo-compulsivo afecta a cerca del 2,3% de los adultos y sucede con aproximadamente igual frecuencia en mujeres que en hombres.

El estrés post-traumático afecta, por lo menos, al 1% de la población alguna vez durante su vida, aunque en las personas con mayor riesgo, como las personas que han sufrido algún hecho traumático, tiene una mayor incidencia.

La sintomatología puede variar en cada persona, pero se considera que se ha producido una crisis de ansiedad cuando se producen cuatro o más de los siguientes síntomas:

👉Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
👉Sensación de ahogo, con respiración rápida.
👉Opresión en el pecho.
👉Miedo o pánico.
👉Sudoración o escalofríos.
👉Temblores.
👉Náuseas o molestias abdominales.
👉Mareo o incluso desmayo.
👉Sensación de irrealidad.
👉Sensación de entumecimiento u hormigueo.

Algunos consejos que pueden aplicarse a la hora de hacer frente a aquellas situaciones que nos generan ansiedad:

Entiende la ansiedad y no huyas.

Los síntomas son muy molestos y en ocasiones pueden volverse incapacitantes, pero es necesario saber que la ansiedad no causa infartos ni asfixias.

Además, evitar las situaciones que la desencadenan es un mecanismo de defensa que no ayudará a tratar el trastorno. Es necesario comprender qué es lo que sucede y aprender a afrontarla con las técnicas que los profesionales de la salud te enseñarán.

No te centres en el problema

Procura no dar vueltas a lo mismo y trata de pensar en algo diferente a lo que te preocupa y te causa ansiedad. Haz alguna actividad que desvíe tu atención: el deporte es el mejor aliado, ya que, además, ayuda a producir endorfinas, una hormona que libera el cerebro y nos ayuda a sentirnos bien.

Cambia tu forma de pensar

Trata de salir del bucle de pensamientos negativos y catastrofistas: sé consciente de ellos y trabaja en ser más positiva, realista y en buscar respuestas diferentes a las mismas preguntas.

Aprende a relajarte.

La respiración abdominal, es decir, respirar con el diafragma de una manera lenta y pausada, es una técnica sencilla que ayuda a controlar la ansiedad. Practícala con frecuencia cuando tengas un episodio de ansiedad.

Lleva una vida saludable.

Beber alcohol y fumar empeoran la ansiedad, mientras que descansar bien, llevar una dieta saludable y realizar ejercicio físico la disminuyen.

En un entorno vital cada vez más exigente, cambiante y que nos lleva a retos constantes, la ansiedad es un trastorno muy común. Pero lo más importante de todo es que tiene solución.

De hecho, gran parte del tratamiento pasa por uno mismo, por comprender los propios sentimientos y pensamientos, y con ayuda profesional, la ansiedad se puede superar.

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